Cómo aprovechar un año academico en Canada

A la hora de decidir pasar un año academico en Canada, se puede recurrir a una de las empresas especializadas en este sector. El coste aproximado por alumno no incluye los gastos individuales, pero si la convalidación del curso en España y la obtención del certificado que lo acredita.

Los programas que se ofrecen por este precio son de corte público, en centros públicos y residencia, o en una familia en régimen de acogida, lo cual garantiza el alojamiento sin coste adicional. Apuntándose al programa, las familias reciben una compensación económica y suelen acoger un mínimo de dos estudiantes internacionales. Esta situación promueve que el alumno se integre con mayor facilidad en la cultura y tradiciones canadienses y avance significativamente en el idioma nativo.

En el caso de los centros privados, llevan aparejada la residencia en internados para estudiantes. La experiencia de vida sigue siendo enriquecedora porque permite la convivencia con otros alumnos internacionales mientras disfrutan del sistema integral de enseñanza canadiense.

En este país la calidad de la enseñanza tiene fama internacional tanto por los programas educativos, la integración deportiva en los mismos y la calidad de sus instalaciones. Pero también es así en los internados, instituciones privadas donde pasar un periodo de estudio marcará al joven estudiante positivamente sin ninguna duda.

Las nuevas clases, profesores y compañeros de clases servirán para estimular aún más la grande de formarse de los alumnos.

Y las ventajas no se limitarán solo a la educación o a la posibilidad de aprender y perfeccionar el conocimiento de un idioma (o dos, en cuanto en Canadá se habla tanto inglés, como francés), sino que también permitirá al joven crecer en lo personal.

Además podrá aprender muchas cosas sobre una cultura que antes desconocía al menos en parte. Tradiciones, forma de vivir, son solo algunos de los aspectos que enriquecerán a los alumnos de intercambio.

Decidir pasar un año academico en Canada dará al niño la posibilidad de asimilar nuevos conceptos y curiosidad de un lugar que antes desconocía. Si la experiencia será positiva, como suele ser en la mayoría de los casos, entonces, en breve tiempo, el estudiante querrá repetirla y a lo mejor ir de intercambio en otro lugar.

Y es que esto tipo de aventuras son “adictivas”, por lo que no se tardará mucho a probar una sensación de nostalgia y de ganas de volver a revivir la experiencia.

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