La danza del vientre, danza Egipcia o danza oriental se trata de uno de los bailes más antiguos que conocemos. Es una danza milenaria en la cual son conocidos sus beneficios terapéuticos y espirituales, estas clases de baile son de las que nunca pasan de moda en las escuelas de baile.
No solamente nos potencia nuestro lado femenino sino que refuerza nuestra autoestima, desbloquea tensiones y emociones y además es un sistema de lo más efectivo de conciencia corporal.
Si nos remontamos a hace unos miles de años la idea de elevar plegarias bailando no nos resulta tan descabellada. Era una forma de entrar en conexión con nuestra parte sagrada, en la cual conviven juntos el deseo, el afecto, la espiritualidad y el erotismo.
Todas las mujeres que lo han probado cuentan que a través de los movimientos de sus caderas entran en contacto con la naturaleza, esa parte que muchos seres humanos han cambiado por el asfalto.
Con los pies descalzos para estar en permanente contacto con la tierra donde habitamos y con los movimientos pasamos a formar parte de una comunidad de mujeres que ha bailado esta danza miles de años antes es imposible no pensar en una conexión mística.
Todas esas mujeres que a lo largo de todos esos siglos han encontrado alegría y consuelo, juego y oficio y ejercicio y oración en los mismos movimientos y en el mismo ritmo. La danza que nos ha llegado hoy en día es una evolución de uno de los bailes más antiguos del mundo.
¿Cuales son los beneficios que nos aportará practicar esta danza?
Notaremos sobre todo que nuestro suelo pélvico mejora. Este es un conjunto de músculos que sirve de cierre de la cavidad abdominal a modo de puente colgante. Sirve para mantener todos los órganos pélvicos en su sitio.
Este suelo pélvico se puede ver afectado por ejemplo por el exceso de peso, el embarazo, los partos vaginales, el estreñimiento o la menopausia, debilitándose y provocando pérdidas de orina, relaciones sexuales dolorosas o prolapsos.
La danza del vientre sirve justamente para reforzar esta zona.
1. Refuerza el vientre trabajando la musculatura y la flexibilidad de todo el cuerpo, pero especialmente la zona abdominal, pélvica y la zona lumbar.
2. Corrige nuestra postura corporal, gracias a la danza del vientre somos capaces de tomar conciencia de nuestro cuerpo y de la postura que tomamos en cada momento de nuestro día a día. Así, aunque en las clases nos recuerden estar en la mejor posición, al ser más autoconscientes de ello también cuando no estamos en las clases nos beneficiará enormemente.
3. Mejora nuestra digestión diaria, reduce los dolores menstruales y ayuda a combatir dolencias como el estreñimiento.
4. Al tratarse de clases de baile mejoraremos nuestra forma corporal, en esta disciplina podremos quemar alrededor de unas 300 calorías en una hora, reforzaremos nuestro equilibrio y el sistema cardiovascular.
5. Previene la temprana aparición de artrosis y retrasa su evolución ya que este baile favorece mucho el movimiento de las articulaciones.
6. Mejoramos nuestra autoestima, al ayudarnos a conectar con nosotros mismos y vernos sensuales en el espejo bailando potenciaremos nuestro autoconcepto. Además de poder hacer nuevas amistades en la escuela de baile.
7. Expertos han indicado que asistir a clases de danza del vientre ayuda a combatir ciertas disfunciones sexuales que guardan relación con el suelo pélvico, situaciones de relaciones sexuales dolorosas (dispareunia), vaginismo o anorgasmia.
8. Hace que durante las clases no exista el mundo más allá del baile. Tendremos que estar concentrados en los pasos, en seguir la música, estaremos liberando endorfinas a nuestro organismo que nos harán sentir bien… y cuando salgamos seremos una persona totalmente renovada.
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