Los padres tenemos una labor muy importante: tenemos que conseguir que los chavales quieran jugar con los juguetes de madera para niños, con los puzles, los arcos y las flechas, espadas con arcos, trenes y laberintos en los que una bola debe de llegar al agujero. Debemos de inculcar en los pequeños la afición por los juegos más didácticos como los de Chinpum, por los juegos al aire libre, por los juegos manuales, por los que los hace desarrollar esa parte del cerebro que se les está quedando atrofiada con tanto videojuego, la imaginación, la creatividad.
La ilusión por los juguetes de madera nace en el instante en el que cae en tus manos uno de estos juguetes, que con un poco de suerte podrán compartir con sus hijos, juguetes para toda la vida y de toda la vida.
Y es que aportan un montón de ventajas a los niños y que muchos de nosotros desconocemos por completo. La madera es un material muy resistente, muy cálido, muy suave y que consigue que los niños desarrollen la imaginación de una manera más independiente.
La principal preocupación de los padres es encontrar el mejor juguete para sus hijos, no basta con que sea didáctico, divertido y duradero, debe de ser el medio que motive a los niños, que los atraiga a un juego sano y divertido.
Los juguetes de madera para niños, según los padres y los pedagogos, consiguen, por la poca complejidad de sus funciones y de sus mecanismos y gracias a sus diseños tan simples, que los pequeños desarrollen una imaginación más sana y por esto el valor educativo es mucho mayor que el de los juguetes modernos hechos con diversos materiales.
Los juguetes de ahora son mecanizados, realizados con plástico y muchos de ellos necesitan baterías para funcionar. Estos no pueden estimular a los niños, ya que los materiales no inspiran nada; sin embargo la madera, procede de un ser vivo, de un árbol, por lo que al tacto es especial.
La calidez de la madera, el olor de la madera, el tacto… todo esto hace que un juguete de madera sea más apetecible para los niños. Estos desarrollan en el niño un sentimiento de seguridad, son muy resistentes por lo que no hay temor de rotura, de hecho se puede decir que los juguetes de madera son eternos: muchos de nosotros aún conservamos alguno de estos juguetes de cuando éramos pequeños y seguramente están en perfecto estado.
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